Cada año por estas fechas, y desde hace ya más de un par de décadas, vengo proponiendo a los conocidos que tengo en el mundo de la política y a los amigos que me van quedando, la recuperación de la festividad del 12 de octubre, en sus varias facetas, para mejorar la promoción turística e histórica de la ciudad con un evento de indudable importancia y conocimiento mundial: el Descubrimiento de América por la España de los Reyes Católicos. Y también, que buena falta nos hace, procurar recuperar la dignidad que como pueblo español y canario, una Leyenda Negra inventada por los enemigos del Imperio Español de antaño, nos pretende arrebatar aún hoy la poca autoestima que nos estaba quedando con la complicidad, tan irresponsable como falta de rigor histórico, de políticos e historiadores de corta y pega.
“Quien tiempo tiene y tiempo espera, tiempo vendrá que quiera y no pueda”, era un dicho que me repetía mi madre cuando me hacía el remolón con las cosas importantes. Y como creo que el 12 de octubre, en la faceta de conmemoración del Descubrimiento de América por Cristóbal Colón que hoy me ocupa, es una fecha memorable en la vida cívica de todo español, todo canario, todo americano desde Alaska hasta Upsala y gran parte del resto del mundo, no me resisto volver a proponer su conmemoración con la tozudez de la gota malaya de marras para intentar vencer la molicie, algunos dicen que mala voluntad, de nuestros políticos y nuestras instituciones que parecen atenazadas por el miedo a no ser políticamente correctos, en su vertiente siniestra, si osan hablar del 12 de Octubre, que también es fiesta nacional y día del Pilar: tres cosas importantes a celebrar en un mismo día.
Aunque no mucho, aún queda casi mes y medio para intentar organizar una conmemoración sonada y vistosa para celebrar este evento. Y hacerlo con relativa dignidad y sin necesidad de grandes dispendios, que no está el horno para asar muchas piñas. Se puede programar un evento que tal vez sea el inicio de algo que se haga tradicional de ahí en adelante. Como el día del Descubrimiento de América es un hito universal, dejando a un lado consideraciones políticas partidistas, se podría solicitar a los consulados de los países hispanoamericanos, Filipinas, EEUU y Canadá que inviten a participar a las asociaciones folclóricas de sus nacionales que tengan actividad en Gran Canaria a un pasacalles que transcurra por la avenida de Las Canteras y que culminara en un escenario instalado en el Parque Santa Catalina muy cerca de la ubicación de la carabela La Niña III, embarcación que al mando del Capitán Carlos Etayo y con una tripulación en la que había varios canarios, viajó hasta América “tras la estela de Colón”, como llamó a ese periplo su entusiasta capitán cuando quiso hacer una labor de arqueología marina. En esa enorme plaza, delante del intercambiador, también podría montarse unas pequeñas carpas para que cada país pueda mostrar su artesanía y gastronomía.
Un acto de esta naturaleza, aunque sin el pasacalles inicial, lo estuvo realizando hace años la Iglesia Evangélica sita en Miller Bajo. Entre mis álbumes de Facebook pude publicar varios reportajes fotográficos de esos entrañables encuentros. Esto demuestra la posibilidad y la predisposición altruista a participar de nuestros hermanos americanos con los cuales la historia nos ha permitido compartir una cultura y una lengua común, aunque el paso de los siglos haya introducido lógicas peculiaridades. En Canarias, la música sudamericana es omnipresente.
Desde que Don Matías Vega Guerra encargara a Néstor Álamo acondicionar lo que hoy es la espléndida realidad de la Casa de Colón, salvando los tenaces y perseverantes esfuerzos de Jesús Gómez para recuperar la réplica de la citada carabela La Niña III para la ciudad y para la isla, el aprovechamiento turístico del Almirante de las Mares Océanas Don Cristóbal Colón, ha sido prácticamente nulo. Curiosamente, sobre esas tres personas que quisieron a su isla de nacimiento con locura, parece querer echarse un tupido velo de indiferencia, mientras se recuerda con provinciano orgullo a quien sólo nació aquí, pero desarrolló su obra literaria de incalculable valor bien lejos de Canarias: Don Benito Pérez Galdós.
Si se actúa con presteza y sin prejuicios, un evento como éste bien podría ser el inicio de una excelente promoción turística de Gran Canaria, por ser el 12 de octubre una fecha mundialmente conocida y estudiada en todos los libros de historia de las culturas. También convendría incidir en que Palos de la Frontera, los de allí no gustan que les digan de Moguer como a un chicharrero que le llamen canarión, fue el último puerto peninsular del que zarpó la expedición descubridora, pero fue la Bahía de Las Isletas el último puerto español en el que se avitualló, reparó y refrescó la aguada de las carabelas La Pinta y La Niña, también de la nao Santa María. Dos carabelas y una nao al mando de Cristóbal Colón en una aventura descubridora que cambió para siempre la historia del mundo. Un evento de esa naturaleza, ¿no merece un reconocimiento por todo lo grande cada 12 de Octubre desde 1492 hasta hoy?
¿Alguna autoridad regional, insular o municipal recogerá esta sugerencia, que no un guante retador, que sólo persigue ser un evento que nos permita recuperar esa dignidad que nos pretenden arrebatar, al tiempo de poner en valor una iniciativa turística de primera magnitud que recuerde a propios y a turistas que en Gran Canaria se inició el viaje descubridor? ¿Se logrará por fin sumar voluntades institucionales o volveremos a ser sólo un pequeño grupo de personas las que hagamos una modesta pero muy sentida ofrenda floral en la Alameda de Colón sin miedo a que nos insulten?
