A nadie se le escapa a estas alturas que el desastre en el tratamiento de la pandemia, desde el minuto uno de su existencia hasta el día de hoy, está por descarrilar de forma irreparable nuestra industria turística en España y, por supuesto, en Canarias.
En la mente del sector están todavía aquellas palabras de la ministra Maroto hace ya un año hablando de los corredores seguros que harían posible la recuperación inmediata del sector. Esto se expuso con todo lujo de detalles en una reunión con la ministra en el Auditorio ante prácticamente todo el sector turístico de las Islas.
Y desde aquellas promesas, por supuesto incumplidas, a la debacle de las campañas de vacunación que verdaderamente son la solución mas realista y efectiva para empezar a recuperar el sector y volver a una situación que permita mantener las empresas y los puestos de trabajo durante los próximos años.
En honor a la verdad hay que decir que el Gobierno de Canarias ha hecho sus deberes y es de agradecer, pero también hay que decir que los temas sobrepasan sus competencias y, como es natural, se le van de las manos.
Ahora, toda la economía canaria, todos los puestos de trabajo de las Islas y la recuperación del sector turístico, dependen solo de una cosa: Que los países europeos consigan vacunar a sus ciudadanos y que nosotros en Canarias hagamos lo propio, si se cumple con las campañas de vacunación volveremos a ser un sector dinámico y pujante capaz de sostener, como siempre ha hecho, a todo un sistema económico complejo y dependiente de la conectividad como es el nuestro.
Todos tenemos que involucrarnos en este objetivo de la vacunación, cada uno en la medida que le toque, pero no dejemos que la pandemia de mediocridad nos impida derrotar a la pandemia del Covid19.
Si cumplimos con los planes de vacunación es muy posible que, en verano, mas bien al final, podamos empezar a respirar.
Todos tenemos que cumplir.
