Conformada por 23 obras de 23 autores, la muestra del aula infantil de Artes Plásticas sintetiza el proceso de estudio, formación y trabajo que estos aprendices de pintores, de entre 6 y 12 años, han disfrutado durante todo el curso académico atentos a las indicaciones de su profesor Francisco Guillén Abrante.
En esta exposición, dispuesta a media altura para que pueda ser disfrutada por el público infantil, se ofrece una selección de los trabajos que los alumnos del aula de dibujo y pintura han realizado en acrílico sobre lienzo y acuarela y grafito sobre papel.
Las obras que conforman esta muestra pictórica destacan sobre todo por la felicidad que desprenden, por el atrevimiento y la falta de prejuicios que caracterizan tanto los trazos como el uso intensivo del color. La exposición puede visitarse hasta el próximo 28 de junio, de lunes a viernes de 09.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas.
Son 23 lienzos pequeños y medianos donde los paisajes, los bodegones florales y frutales, y las apuestas por el retrato animal sorprenden al espectador por su absoluta libertad expresiva, pero también por el potente germen artístico que desprenden.
El aula infantil de la Escuela Municipal de Artes Plásticas tiene entre sus objetivos fomentar los valores creativos de su alumnado utilizando la expresión artística como recurso didáctico. “El curso trata de adentrar a los alumnos en el lenguaje plástico a la vez que desarrollar su capacidad perceptiva y estimular la creativa. El objetivo fundamental es que el alumno intente buscar una línea de trabajo propia, lo más personal posible”, afirma su profesor, Paco Guillén.
Muestra de evolución
El trabajo docente realizado con los niños y niñas del taller de dibujo y pintura se centra en brindarles las técnicas básicas de dibujo con lápiz, pastel y carboncillo sobre papel, y también las técnicas de la proporcionalidad, configuración espacial, color y mezcla de colores. Las exposiciones de fin de curso del aula infantil son una muestra de la evolución de su alumnado. Éste suele pintar una media de cuatro cuadros durante el curso, y en ellos sobresale la alegría y la falta de miedo con la que los niños y niñas se enfrentan al lienzo. Eso permite que su aprendizaje sea mucho mayor y más rápido que en el caso de los adultos.
