El nuevo Gobierno de España comenzó a caminar esta semana. En la parte que le corresponde al PSOE, Sánchez ha diseñado un Ejecutivo muy comprometido ideológicamente para hacerle frente a una legislatura que se presume será compleja y muy frentista. En esta ocasión, el presidente del Gobierno ha priorizado el probado compromiso socialista de los miembros del nuevo gabinete al tradicional equilibrio territorial de los mismos o a efectistas nombramientos de independientes. Sánchez ha armado un equipo para defenderse y combatir desde el punto de vista ideológico a Vox y al PP y, al propio tiempo, con capacidad política para negociar permanentemente los apoyos de los variopintos partidos que le apoyaron en la investidura.
En el nuevo Consejo de Ministros se sienta el paisano Ángel Victor Torres. El aruquense recoge el testigo dejado por el isorano Héctor Gómez. Por encima de la política, dos canarios que responden al talante y saber estar de la gente nacida en esta tierra.
La designación de Ángel Victor como ministro de Política Territorial y Memoria Histórica es un reconocimiento a su compromiso con su partido y a los buenos resultados electorales que obtuvo en las pasadas elecciones autonómicas y generales. Probablemente, junto a Emiliano García Page, Torres es de los representantes territoriales mejor valorados en la organización socialista.
Las dos cuestiones territoriales que seguirán estando sobre la mesa y en el debate político todo el tiempo que dure la legislatura recién iniciada serán la financiación autonómica y el modelo de Estado, máxime teniendo en cuenta el tema estrella de los acuerdos de Sánchez con Junts y Ezquerra que tiene como centro la Ley de Amnistía y el conflicto abierto sobre lo que quieren que sea Catalunya en el contexto del Estado los partidos independentistas catalanes.
Los vaivenes territoriales no se limitan al conflicto catalán, muy atentos a las concesiones que el Gobierno de Sánchez esté dispuesto a hacerl a los catalanes y a los vascos; con seguridad, ni PNV ni Bildu renunciarán a nada de lo que los catalanes puedan conseguir.
En el supuesto que entremos de lleno en una revisión del Estado Autonómico en España, ésta no se puede limitar a Catalunya y Euskadi. Canarias debe exigir con firmeza ante Madrid que se tengan en cuenta el hecho diferenciador más contundente que es el de la Historia, las peculiaridades fiscales y la geografía. En algún momento Ángel Victor Torres tendrá que fijar posición sobre el Estado Autonómico, el camino a seguir para actualizarlo y el encaje de Canarias como único territorio del Estado español que tiene un reconocimiento diferenciado en Europa.
No obstante, tanto la financiación autonómica como el conflicto catalán, asuntos centrales de la legislatura, superan ampliamente el marco del ministerio de Política Territorial y tendrán la participación directa del núcleo duro de Moncloa en las negociaciones que se abran. De una forma u otra, Ángel Victor Torres se verá involucrado en el cumplimiento por parte del Gobierno de España de la denominada agenda canaria, elemento central en los acuerdos que propiciaron el apoyo de Coalición Canaria a Pedro Sánchez en la investidura.
La presencia del ministro canario en el Consejo de Ministros y el seguimiento de los asuntos asumidos por Sánchez con Coalición Canaria no es un tema menor. Aunque los compromisos que contempla la agenda no sean específicamente competencia de Torres, su incumplimiento podría generar tensiones en las relaciones PSOE-CC-PP porque en la partida que comienza también están los populares, que son Gobierno en Canarias y oposición en el Parlamento español.
Evidentemente, con el tiempo habrán tensiones entre los tres partidos, del control de las mismas y de la voluntad política para evitar confrontaciones estériles, dependerá la salud de los acuerdos de Canarias y Madrid.
