La Armada española hará hoy a mediodía una demostración aeronaval en la playa de Las Canteras ante los estupefactos turistas y nativos. Parece que el Ministerio de Defensa no encontró un lugar mas apropiado que la joya turística de la capital grancanaria para desarrollar estas maniobras orquestales, que no serán en la oscuridad sino a plena luz del día.
Los soldados de la Armada van a jugar hoy un rato a la guerra tomando como escenario natural la playa de Las Canteras. Ni siquiera pensaron en Las Alcaravaneras o en La Laja. No. Las Canteras, con un par. Buques de la Armada, lanchas, aviones caza y helicópteros pulularán a su libre albedrío por la playa capitalina más importante de España a la misma hora que los bañistas suelen meter sus cuerpos en remojo.
El presidente de Canarias, a pesar de su timidez y modosidad, ha pedido respetuosamente al Ejército que vaya a hacer sus maniobras a otro sitio, vamos, que se vaya con la música a otra parte porque tampoco es necesario alejarse 2.000 kilómetros de la Península para presumir de que España cuenta con un buen dispositivo de defensa nacional. Es raro que la ministra Robles no haya pensado en hacer estas maniobras en aguas de Cataluña o Euskadi. Las maniobras militares, como los centros de rehabilitación de toxicómanos o las casa de citas, no se discuten, aunque todos las quieren tener lo más lejos posible.
Clavijo protesta no por el daño al turismo sino para evitar varamientos masivos de cetáceos en aguas isleñas. El presidente emplea este subterfugio ecologista de amigo de las ballenas para no hablar claramente de la gallina de los huevos de oro. Esta vez le dio por la vena animalista de los cetáceos, aunque los huevos también los pone un animal. Seguramente lo reflexionó cuando veía el documental de sobremesa de La 2.
Llevábamos 16 años sin maniobras militares de estas características en aguas del archipiélago, entre otras razones por la negativa de las instituciones que representan a los canarios. El Parlamento autonómico ya aprobó en su día que las islas fueran consideradas una plataforma de paz y neutralidad. El archipiélago fue una de las pocas comunidades que votó claramente en contra del ingreso de España en la OTAN en el referendo de 1986, hace ya 32 años. Siguiendo aquel lema socialista ambivalente de la época, de entrada no, pero eso sí: de salida ni hablamos.
