He recibido con especial alegría la noticia de que el Gobierno de Canarias, a través de la Consejería de Turismo, prepara un acto de reconocimiento a Pablo Barbero. Por dos motivos, primero porque es un amigo y uno siempre se alegra por los amigos; y segundo, porque es un reconocimiento más que merecido, se me ocurren pocas personas que hayan hecho más por el turismo de esta isla y de esta ciudad que él.
Pablo, tenía el ejemplo en casa. Su padre, Don José Barbero fue clave en el despegue turístico de Gran Canaria cuando en noviembre de 1963, consiguió que representantes europeos del Skal Club visitaran la isla e inmediatamente vieran el potencial que tenía por su clima, playas y paisajes. Supongo que, con el ejemplo en casa, Pablo decidió enfocar sus estudios y su vida profesional al sector turístico.
Dentro del turismo, Pablo Barbero lo ha sido todo. Su nombre estará siempre unido a hoteles como Cristina, Tamarindos, Botánico, Costa Canaria, Folías, Rocamar y un largo etcétera. Pero, sobre todo, su figura se asocia en la memoria de todos, al Hotel Santa Catalina, del que fue director y que, ahora que vuelve a abrir sus puertas, conviene recordar cuánto le debe a su profesionalidad, buen hacer, simpatía y amabilidad.
A nivel institucional, ha ocupado infinidad de puestos de relevancia: presidente de la Asociación de Hoteleros de Las Palmas, vicepresidente de la FEHT Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas (época que compartí con él mano a mano), miembro del Consejo Rector del Patronato de Turismo de Gran Canaria, entre otros muchos cargos y portavocías. De 2011 a 2015 fue concejal de Turismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria donde jugó un papel fundamental en el desarrollo de la industria vinculada a los cruceros, consiguiendo que la cifra de cruceristas alcanzara una cifra récord en aquella época.
El próximo día 27 de septiembre Pablo Barbero recibirá el premio de Turismo “Islas Canarias” que otorga la Consejería de Turismo a personalidades que han jugado un papel fundamental en el desarrollo y la calidad de la actividad turística en Canarias. Su mujer, María; y sus hijas, Beatriz y Paula, lo recibirán, estoy seguro, a pesar de la delicada situación que atraviesan, con alegría y, sobre todo, con todo el orgullo que supone tener a un ser humano como Pablo en sus vidas.
Poco puedo añadir. Solamente estar agradecido por mi amigo, felicitar a la familia y felicitar también a todos los canarios por tener entre sus gentes profesionales como Pablo Barbero.