El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha incoado en los últimos seis meses cerca de medio millar de sanciones administrativas y económicas por incumplimientos de las ordenanzas municipales que regulan la convivencia ciudadana y los comportamientos cívicos, la limpieza viaria y recogida de residuos, y la tenencia y custodia de animales, entre otras.
De ese cupo de sanciones, cerca de 340 ya tienen su correspondiente expediente totalmente formalizado, y disponen asimismo del decreto necesario para que la administración municipal, a través de Valora, el organismo autónomo público de gestión tributaria y de multas, efectúe su cobro por una cuantía total de 90.823,73 euros.
La mayoría de esos expedientes sancionadores instruidos por este Ayuntamiento responden a denuncias por botellones o consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos de la zona turística causando ruidos y molestias a otras personas (86), y por la práctica fraudulenta y prohibida de masajes, realizados sin ningún filtro de seguridad ni protección sanitaria sobre todo a los turistas usuarios de hamacas en las playas del Inglés, Las Meloneras y Maspalomas (88).
Otros cupos importantes de sanciones se han instruido por operaciones de venta ilegal ambulante de productos falsificados (bolsos, gafas, relojes…), todo tipo de bisuterías e incluso de bebidas y alimentos (68) en los alrededores y plazas de los centros comerciales Varadero, Oasis, Yumbo, Anexo y Sandía, pero también en otros ámbitos como el Paseo de La Charca y distintas avenidas de la zona turística.
Por los perros
Pese a las numerosas dificultades que conlleva este dispositivo de vigilancia y control, el Ayuntamiento también está poniendo especial énfasis en las sanciones a los propietarios de perros que incumplen con la ordenanza de tenencia y custodia de animales. La segunda remesa de 65 expedientes ya totalmente dispuestos para el cobro, con multas que van de los 150 y los 3.005 euros, se deben sobre todo a la permisividad incívica de los dueños que no recogen las deposiciones de sus mascotas, la tenencia de perros peligrosos sin licencia; la venta no autorizada e ilegal de animales, y el paseo de éstos sin bozal, sin cordón de resistencia o sin su inscripción en el censo municipal.
Tanto en la zona turística como en los núcleos vecinales, el Ayuntamiento también está haciendo especial hincapié en la limpieza urbana. Al respecto ya ha tramitado el cobro de 10 sanciones de 300 € cada una por el depósito de residuos domésticos en la vía pública, fuera de los autocompactadores y/o contenedores normalizados, y fuera de los horarios establecidos por la normativa municipal. Entre esos expedientes destacan otros dos instruidos por vertidos de basuras en descampado y la no recogida selectiva por parte de un establecimiento comercial, penalizados con 3.005 euros cada uno.
Ruidos, vertidos, daños al mobiliario
Entre los expedientes sancionadores abiertos por el Ayuntamiento también destacan 6 formalizados por ruidos y perturbación del descanso y la tranquilidad de los vecinos, castigados con 120 euros, y otros 8 de 300 euros por la ocupación obstaculizadora de la vía pública; y otros 15 expedientes por acoso turístico mediante la lectura de manos.
El incumplimiento incívico de las ordenanzas municipales ha llevado al Ayuntamiento a sancionar acciones tan distintas como el estacionamiento de vehículos en la calle para venta, alquiler y publicidad; la ocupación de la calle mediante el estacionamiento de autocaravanas; el depósito o vertido incontrolado de podas; la alimentación de palomas en espacios públicos; y también las conductas de acoso-mendicidad organizadas de forma coactiva y obstaculizadora para el libre tránsito vecinal en espacios públicos; la organización de juegos trileros y los usos indebidos y dañinos de instalaciones y mobiliario público.
En el total de los 338 expedientes sancionadores tramitados para el cobro de las multas destacan también 16 instruidos por defecaciones y micciones de espacios y vías públicas, sobre todo en la trasera del Centro Cultural Maspalomas, la Avenida Alejandro del Castillo, y el Paseo Costa Canaria.
El objetivo
El concejal del área municipal de Servicios Municipales, Ordenación del Territorio y Políticas Ambientales, Fernando González Montoro, destaca que “el Ayuntamiento no tiene ninguna finalidad recaudatoria con la instrucción de estos expedientes sancionadores, sino el objetivo de hacer cumplir las ordenanzas que están destinadas a favorecer una mayor y mejor convivencia vecinal”. “Sería ideal que las administraciones públicas no tuvieran que sancionar comportamientos incívicos, porque eso significaría que en su conjunto los vecinos estarían disfrutando de una mayor calidad de vida en sus entornos residenciales y sociales. Además, supondría también un ahorro para el Ayuntamiento, porque no debe obviarse que la instrucción de estos expedientes sancionadores ocupan tiempo y personal administrativo”, dice
