El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana solicitará a la Dirección General de Farmacia del Servicio Canario de Salud que impulse el procedimiento administrativo necesario para que se dote a la población de Juan Grande de un botiquín farmacéutico de urgencia.
La vecindad de Juan Grande y sus núcleos diseminados, con una población total de 593 habitantes (310 hombres y 283 mujeres), se quedó sin el servicio de farmacia el pasado 3 de noviembre, cuando su titular, José Francisco Rosa Quesada, decidió trasladarlo al pueblo de Aldea Blanca.
El asunto, que está causando una gran inquietud sobre todo entre la población mayor del barrio, tal y como ha expresado el presidente de su colectivo vecinal Amurga, será sometido este viernes por el alcalde Marco Aurelio Pérez al pleno de la Corporación municipal, con el objetivo de agilizar la tramitación del nuevo dispensario ante la Inspección del Servicio de Ordenación Farmacéutica.
Trastornos y oferta
De los 593 vecinos que conforman el censo poblacional de Juan Grande, 252 (es decir, el 42,3%) tienen entre 50 y 95 años, y temen que el cierre de la antigua farmacia se prolongue en el tiempo, con las consiguientes dificultades y numerosos trastornos que tal situación les provocaría para el abastecimiento de medicamentos.
Los trámites administrativos para la apertura de un botiquín farmacéutico conllevan un lento procedimiento. Para agilizarlo, puesto que cubriría un servicio necesario para los núcleos afectados de Juan Grande, Los Rodeos Alto y Bajo, y la zona alta de El Matorral, los vecinos incluso proponen a la Dirección General de Farmacia una oferta de arrendamiento de un local de 100 m2, dotado de aseo y con el equipamiento preciso (estanterías, mostradores, neveras, mesas de clasificación, equipo informático y otros) para la dispensación de medicamentos.
Desde 1983
El primer despacho de farmacia de Juan Grande abrió sus puertas hace 33 años, el 8 de julio de 1983, a cargo del licenciado Fernando Pablo Cabrera Rodríguez, que luego lo traspasó (el 7 de marzo de 1991) a José Francisco Rosa Quesada, su último farmacéutico. Éste se trasladó el pasado 3 de noviembre al núcleo poblacional de Aldea Blanca, con 1.021 habitantes, de los que 326 (el 31,9%) tiene entre 50 y 90 años.
