Así lo expresó la mayoría de la Cámara en un debate en el que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, presentó al pleno las Orientaciones para las negociaciones con el Reino Unido adoptadas por los Estados miembros durante la cumbre del 29 de abril. El mandato negociador detallado será presentado para su aprobación en el Consejo del 22 de mayo, explicó el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.
En línea con el negociador jefe, Michel Barnier, la mayoría de oradores destacaron la unidad entre las instituciones de la Unión y entre los 27 países, decididos a actuar juntos para lograr un acuerdo equilibrado con el Reino Unido.
Los principios básicos de las futuras negociaciones, enumerados por Barnier, fueron el hilo conductor del debate:
- · no habrá negociación sobre el marco futuro de relación entre la UE y Reino Unido antes de alcanzar “progresos sustanciales” sobre los términos de separación.
- · garantizar los derechos de los ciudadanos europeos afectados por la decisión británica de abandonar la UE.
- · preservar el proceso de paz en Irlanda del Norte (en particular la ausencia de una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte).
- · asegurar el respeto por parte de Londres de sus compromisos financieros contraídos como Estado miembro.
Barnier reiteró la importancia de unas negociaciones transparentes. Éstas comenzarán justo tras las elecciones británicas del 8 de junio
Numerosos eurodiputados coincidieron en pedir que se utilice la unidad y confianza actual para iniciar, en paralelo a las negociaciones para una “salida ordenada” del Reino Unido, una reforma de la UE que responda a las inquietudes de los ciudadanos y haga más visible los beneficios de la integración europea.
El voto británico en favor del brexit y el aumento de los populismos en algunos países, como Francia y Holanda, deben servir de lección a los dirigentes europeos, afirmaron varios eurodiputados. Tras mostrar satisfacción por la victoria de partidos pro-europeos, varios pidieron no ceder al triunfalismo: ”los populismos y nacionalismos no están muertos”.
Más que nunca, advirtieron, es urgente escuchar a los ciudadanos y responder a sus demandas de una UE con normas sociales y medioambientales en un mundo globalizado, adaptación del mercado laboral a los desafíos tecnológicos, reglas fiscales, y seguridad.
