El Consejo de Gobierno celebrado ha acordado, a instancias de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes, la declaración de Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica, a favor de “Las Fortalezas”, situada en el término municipal de Santa Lucía de Tirajana, Isla de Gran Canaria.
La aprobación cuenta con el informe favorable del Consejo de Patrimonio Histórico reunido en sesión urgente hace una semana lunes debido a que algunos interesados denunciaron la mora ante el Cabildo de GC, lo que suponía, de haber transcurrido el plazo de cuatro meses desde la misma, la declaración de caducidad del expediente, al tiempo que la imposibilidad de incoar nuevamente el expediente durante los próximos tres años, lo cual hubiera puesto en riesgo la zona arqueológica ahora declarada BIC.
Las Fortalezas es un conjunto cuya unidad de acogida inmediata está constituida por tres afloramientos basálticos que se levantan en el margen izquierdo del barranco de Tirajana, a unos 500 metros sobre el nivel del mar.
El conjunto de Las Fortalezas representa uno de los más relevantes ejemplos del pasado prehispánico de Gran Canaria, combinándose en él una gran cantidad y diversidad de manifestaciones culturales, algunas excepcionales en el contexto insular, como muestra evidente de esa notoriedad.
Se trata de una zona en la que pueden hallarse evidencias de espacios habitacionales, funerarios, económicos, etc., conformados por recintos en cuevas tanto naturales como artificiales y por estructuras de superficie, evidenciando con todo ello la existencia de un poblamiento complejo no sólo del conjunto en sí mismo, sino también de la comarca en la que se inserta.
Al interés que revisten los aspectos comentados hay que añadir que las cavidades que albergan restos pictóricos según establece la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias merecen la máxima figura de protección, ostentando la categoría de Bien de Interés Cultural.
Los criterios utilizados para la delimitación del Bien de Interés Cultural de la Zona Arqueológica de Las Fortalezas responden a un concepto de globalidad que pretende dar cabida en un mismo marco de protección y salvaguarda tanto a las diversas unidades de interés arqueológico, en este caso las cavidades artificiales y naturales (habitacionales, graneros, etc.), oquedades funerarias, materiales muebles asociados a dichos emplazamientos, etc., como al sentido de unidad que rige un asentamiento humano de la entidad de las Fortalezas, cuya relevancia se ve reforzada por las obras de acondicionamiento del espacio ocupado por los aborígenes (pasos, accesos, etc.).
A tal efecto, los límites de un conjunto como el descrito no pueden restringirse al área definida estrictamente por el emplazamiento físico de los espacios habitacionales, de los funerarios o de aquellos a los que se atribuye un uso cultual. De toda lógica, y como medida cautelar que vele por la unidad histórica del conjunto, ha de valorarse, igualmente, la interrelación existente entre todos estos emplazamientos y el entorno natural en el que se inscriben. De este modo, se ha delimitado una amplia zona que acoge los diversos conjuntos que unitariamente integran y definen Las Fortalezas como unidad histórica y el conjunto de los elementos muebles e inmuebles que lo componen. Se convierte con ello, además, en ejemplo del modelo de ocupación prehispánica de esta comarca de Gran Canaria.
Tales medidas participarán, a la vez, en la certera estimación del papel eventualmente desempeñado por este conjunto en el proceso de conquista armada de Gran Canaria en el siglo XV, así como otros aspectos entre los que cabe destacar las estrategias defensivas desplegadas por los canarios ante tales acontecimientos.
Así se concibe la protección unitaria del conjunto de evidencias, tanto muebles como inmuebles y contextuales, que testimonian culturalmente a las poblaciones prehispánicas de Gran Canaria, en la diversidad de manifestaciones que les confieren singularidad en un amplio proceso histórico que, como en este caso, alcanzaría hasta la conquista castellana de la isla.