El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana organizará durante la tarde noche de este viernes una nueva caminata nocturna de baja intensidad para un disfrute paisajístico y medioambiental vinculado al conocimiento de la arqueología prehispánica y al mundo de la astronomía que ofrece el barrio de Temisas.
La caminata, perteneciente al programa deportivo veraniego de actividades en la naturaleza, se realizará desde Temisas hasta su cercano yacimiento arqueológico aborigen de las Cuevas de La Audiencia y del Risco Pintado. El trayecto apenas tiene tres kilómetros y es de nivel bajo y con muy poca pendiente.
El conjunto arqueológico, también conocido como Cuevas del Pósito o Agadir de Temisas, lo conforman dos cuevas viviendas, funerarias y graneros localizadas en una pared vertical y en altura, a las que se accede por una pequeña oquedad o puerta labrada en la piedra volcánica.
Esta caminata destinada a adultos y jóvenes de 15 a 17 años con autorización paterna también incluye una visita guiada al observatorio astronómico de Temisas, donde los participantes recibirán una breve charla introductoria para empezar a conocer detalles reveladores sobre el firmamento.
El plazo de inscripción para esta aventura está abierto desde el pasado lunes y hasta este mismo viernes en las oficinas del Estadio Municipal de Maspalomas. La cuota individual de inscripción es de 10 euros.
En las dos últimas actividades del programa deportivo de verano celebradas el pasado sábado participaron cerca de 150 personas, que disfrutaron de una travesía en canoas y de una caminata nocturna entre el Roque Nublo y El Corral de Los Juncos para ver el atardecer y la lluvia de estrellas.
La travesía en canoa, en principio prevista entre las Playas de Maspalomas y El Pajar, se tuvo que acortar debido al viento en contra y al pequeño oleaje que impedían avanzar, y finalizó con un desembarco en la Playa de Las Meloneras tras un viraje en el puerto de Pasito Blanco.
La caminata en La Cumbre se convirtió en una jornada memorable para todos los participantes, que primero disfrutaron de una tarde apacible y de una visión idílica del crepúsculo sobre la vecina isla de Tenerife y el imponente Teide y, después, acostados sobre colchonetas y toallas, de una noche mágica de perseidas aderezada por una leve brisa fría y una temperatura ambiente que rondó los 15 grados.