El grupo de gobierno en el Ayuntamiento de Mogán condena con rotundidad la persecución que una parte de la oposición, la conformada por Ciuca y Nueva Canarias, está realizando constantemente contra los trabajadores municipales. Para el grupo de gobierno se trata de una estrategia de acoso con la que los concejales de Ciuca y Nueva Canarias pretenden condicionar en su favor las decisiones y actuaciones de los funcionarios públicos, una conducta inadmisible que debería ser reprobada por sus respectivas formaciones políticas.
El modus operandi se resume en que, cuando no ven satisfechas sus exigencias, los concejales de estos dos grupos políticos se dedican a presionar a los trabajadores municipales, anunciándoles hipotéticas denuncias ante los tribunales. Incluso han llegado a provocar enfrentamientos y a grabarlos con dispositivos móviles sin su consentimiento, con el fin de utilizar esas grabaciones para amedrentar a los funcionarios.
El último episodio de esta práctica de acoso se resolvió recientemente en el Juzgado de Instrucción número 3 de San Bartolomé de Tirajana, cuya titular, la jueza Almudena de la Rosa, absolvió al secretario del Ayuntamiento tras la denuncia presentada por la concejala Onalia Bueno, de Ciuca, por una supuesta agresión. La edil aseguraba haber sido golpeada por el secretario municipal cuando éste le cerró la puerta de su despacho, extremo que rechaza el fallo judicial.
Los hechos se produjeron cuando la concejal de Ciuca, acompañada por Isabel Santiago, de Nueva Canarias, irrumpió en el despacho del secretario del Ayuntamiento exigiendo un trámite que éste no consideraba procedente. Sin conocimiento ni autorización del funcionario, las concejalas estaban grabando el incidente con su teléfono móvil. El secretario les pidió que abandonaran su despacho y cerró de un portazo. Según Onalia Bueno la puerta le golpeó, atentando contra su integridad física, hecho que desmienten los demás testigos del incidente.
A esta última denuncia contra el secretario del Ayuntamiento hay que sumar otras formuladas anteriormente contra trabajadores de otros servicios municipales, sin que hasta el momento Ciuca haya conseguido que prospere ninguna de ellas. El grupo de gobierno en el Ayuntamiento de Mogán rechaza esta manera de actuar de Ciuca y Nueva Canarias y exige a estos dos grupos de la oposición que cambien su actitud hacia los funcionarios públicos, dejándolos al margen de sus batallas y obsesiones políticas. Ciuca ya ha demostrado en otros municipios que este tipo de comportamientos antidemocráticos forman parte de su ADN, pero sorprende que Nueva Canarias, que ha sido víctima de Ciuca en Telde, se convierta en su cómplice más leal en el municipio de Mogán. Más aún cuando la propia Isabel Santiago fue no hace mucho objeto de este tipo de prácticas por parte de su ahora aliada, Onalia Bueno.
