El desarrollo de las energías renovables en Canarias, y en consecuencia la transición energética que nuestras Islas necesitan, exige que sigamos multiplicando la acción política en todos los ámbitos y, sin duda alguna, también que impulsemos debates, encuentros, análisis, foros y cuantas iniciativas -ahora y en el futuro inmediato- nos ayuden a acelerar un proceso que ayudará a afianzar el modelo por el que apostamos.
La reducción de emisiones contaminantes, la preservación del medio ambiente y el incremento de la competitividad de nuestra economía van de la mano. No será posible en Canarias un desarrollo verdaderamente sostenible sin un trabajo decidido para promover la generación de una energía limpia y eficiente.
Una tarea, un compromiso, que obliga a las administraciones públicas, y que igualmente pasa por la implicación de cuantas empresas, organismos e instituciones defienden un modelo energético que mejore significativamente el actual.
En esa dirección, y con esa convicción, el Gobierno de Canarias ha trabajado duro por remover los obstáculos jurídico-administrativos que han impedido la construcción de parques eólicos desde 1996, desbloqueando la parálisis a la que los canarios nos habíamos abocado.
Hemos cambiado el procedimiento del concurso por otro de autorización administrativa que facilitará en la práctica la adjudicación de los 442 megavatios de aquella convocatoria de abril de 2007, permitiendo además que el 6% de generación de energía eólica actual se transforme en el 20% de aquí a dos años.
Corren vientos favorables en este campo. La propia Unión Europea ha manifestado su intención de financiar acciones destinadas a reducir la dependencia de la energía importada y de los combustibles fósiles en las regiones ultraperiféricas y, en el marco de esta estrategia, a crear fuentes de energía renovable a través de los fondos estructurales. A la vista está, es el momento de multiplicar esfuerzos en esa dirección.
De ahí que el Gobierno de Canarias se sume a la I Cumbre Internacional de Energías Renovables, que tendrá lugar el próximo jueves y viernes en Santa Cruz de Tenerife, con la organización de la Asociación Canaria de Energías Renovables. El reto es hacer confluir a representantes institucionales (de las propias regiones ultraperiféricas, además de gobiernos de diferentes Estados y de la Unión Europea) y empresariales para abordar distintos enfoques relacionados con el impulso de las renovables.
El programa incluye diversas mesas redondas y ponencias, en las que se debatirá sobre la situación del sector en España, en Canarias y en las regiones ultraperiféricas, y se analizarán aspectos como la seguridad jurídica, los sistemas eléctricos insulares, el medio ambiente o la configuración de Canarias como plataforma de I+D en energías renovables.
No queremos ni podemos quedarnos en un análisis teórico de la cuestión. Debemos ir más allá. Debemos lanzar un mensaje claro sobre nuestro compromiso firme con las energías renovables y la eficiencia energética; y, en esa dirección, tenemos que generar iniciativas que nos ayuden a alcanzar los objetivos que tiene marcada la propia Unión Europea en el sector. Un sector que constituye una magnífica oportunidad para territorios como Canarias, una apuesta estratégica que debemos aprovechar al máximo.
